“Al comienzo fue dificil, dejar a nuestra niña en manos de desconocidos fue una etapa dura, y verla llorar tanto. Pero después se adaptó, aprendió cantidades y siempre fue divertido. Los años en la Casita del Sol son inolvidables. Muchas gracias por todo.”
Padres: Gabriel Augusto Riveros y Luz Marina Leal