Classic ballet for kids

El ballet es la más bella y compleja de las danzas clásicas. Practicarla desde niños favorece enormemente su expresión artística corporal, su delicadeza, fuerza y armonía motriz, la tonicidad de su cuerpo y especialmente la disciplina, la concentración y el nivel de esfuerzo de la personalidad. Es, por lo tanto, una actividad física y escénica maravillosa, muy completa y exigente para los niños y niñas. 

En el ballet entran en juego factores como el sentido del ritmo, la flexibilidad y la coordinación. Practicarlo desde una edad temprana es muy recomendable, ya que el aparato locomotor está en pleno desarrollo y los niños y niñas interiorizan con más facilidad las técnicas y movimientos.

Se ha observado que los niños y niñas que practican ballet tienden a desarrollar una mayor conciencia corporal y espacial, lo que se traduce en una mejor percepción de su entorno y una mayor coordinación en sus actividades diarias, con el ballet l@s niñ@s liberan adrenalina, aprenden a expresarse con el cuerpo y desarrollan su sensibilidad además de esto destaca otros beneficios como:

Estimula la circulación sanguínea y el sistema respiratorio, favorece la eliminación de las grasas, contribuye a corregir malas posturas, ayuda a ganar elasticidad, ejercita la coordinación, la agilidad de movimientos y el equilibrio, colabora en el desarrollo muscular y la forma de la columna, ayuda al desarrollo de la psicomotricidad, a la agilidad y coordinación de los movimientos, permite mejorar el equilibrio y los reflejos, puede ayudar a corregir problemas como el ‘pie plano’. Con el ballet, las posiciones que adopta el pie durante la clase, la mayor parte del tiempo arqueado, pueden hacer que poco a poco se corrija el defecto, es una buena técnica para combatir la  obesidad infantil y el colesterol y desarrolla la expresión corporal, el oído y la memoria. 

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